sábado, 22 de mayo de 2010

otoño de nuevo

Triste tarde, triste;
ya no habra jueves ni domingos;
triste, tarde triste;
gris fue el horizonte,
turquesa tu sur,
suave el norte;
Triste tarde, triste...

jueves, 15 de abril de 2010

Charcos inmundos adornan calles

Que llueva no es algo tan malo para todo el mundo, hay quienes encuentran el romanticismo de ésta dormitando mientras escuchan el franco lagrimeo del cielo.
Yo, desde mi humilde parte me resulta imposible hacerlo ya que únicamente puedo descansar ante el silencio de la ciudad de Comala. Por eso mismo que con todo el esfuerzo que conlleva me encargué de montar una sala de ensayos en mi habitación.
Admito que es una cuenta pendiente, algún dia lo haré. Igualmente todavia tengo la capacidad de aislarme y volar lejos, pero eso no es lo que importa ahora.
La cuestión es que cuando llueve tengo una extraña tradición, desde los quince años que cuando nos escupen de arriba salgo a caminar sin rumbo fijo por las sucias y patinosas calles, me levanto todos los días, si, todos, y abro la ventana para ver si lloverá, al ver que no, vuelvo a mi cama abrumado sin ganas de existir.
Si ustedes supieran, lo que es meditar bajo la lluvia, cuando las gotas caen mojando tu mugroso pelo y brindándote la grata sensación de estar vivo.
Salgo del trabajo solo esperando que la lluvia caiga desde cualquier día soleado como cualquiera, y ver como mis compañeros corren a salvarse debajo de alguna inútil parada de colectivo o de algún diario viejo como si fuera un bombardeo y unas estúpidas gotas pudieran hacerles algo.
Ya tan acostumbrado a sobrevivir de ésta manera, comiendo con la miseria que gano, pidiendo algunos créditos, algunos adelantos, rompiéndome las manos y sin poder pensar voy sobrellevando mi vida, espero que nunca les haya pasado de tener la cabeza vacía, de tratar de emitir un pensamiento y de la labia tan solo salga un ruido casi imperceptible.
Claramente es mi salvación, pensar cada tanto, cuando llueve, tanto que desearía ser un fumador para poder pedir cigarrillos a quienes se esconden de las gotas para poder caminar aun más, y esperar que se inunde la ciudad por completo y nadar como un pez, como un pez que no quiere volver más a su mugre cotidiana, perdiéndome definitivamente en alguna esquina para siempre.

viernes, 22 de enero de 2010

Destrozo

Inutilmente estoy intentando buscar lo que no existe. Quizas deba embeberme en un vino rancio, hasta ahogar los intentos de esperanza que quedan. Para que nacer si no hay con quien viajar?. En verdes caminos la solucion, cuando blancos se tornen sera la perdicion. Hoy no tengo ganas de seguir. Quiero ser un cordero, no tengo ganas de pelear.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Fracaso

Arañar la dulce zona del placer sin siquiera llegar a conocer lo que es el éxtasis.
Beber la amarga miel de la decidia despues de fracasar en tu ser.
Sinceramiento sin sentido en la roja vanidad del ser que crece comiendo la amargura de tu ruta, sentado en tu profana terquedad.
Nunca ha de salir herida por otra corona que no ciegue sus latidos sordos.
Perfecto.
Demente.
Hermoso.
Sereno.
Llegar a blancos montes jamas podre, para no asaltar en vano la casa de tu secreto.
Tulipan que muere marchito entre el placer y la arrogancia.

Irracionalidad

tantas veces vivimos sin conocer lo indispensable, derrochando cada cm de piel que nos regalan;
 sin sabor ni sentido encuentro el sufrir, mas bien el vivir que nada entrega;
cruel miseria la de saber cada paso no dado hacia el fracaso del ser sufrido;
dulce paradoja que alimenta ecos de mi interior

miércoles, 13 de agosto de 2008

Solo crecer

Podés tener un pulóver de pelos en el pecho, jugar al billar, vivir en un monoambiente o bajo un puente; podés cumplir 40 años, ganar una fortuna en el poker, fumar cigarros cubanos, dejarte crecer la barba y tomar un buen Scotch; podés ir al gimnasio cuatro veces por semana, ser un astro del winning eleven, comprarte un Fiat Uno y dejarlo bien bajito y con las mejores llantas. Pero te hacés hombre de verdad cuando entendés dos cosas: el sabor de un buen vino tinto con la cena y que las mujeres nos quieren coger tanto como nosotros a ellas. O quieren coger a otros, pero es igual, hablo del deseo natural más allá de lo individual; de la necesidad por sobre tu nariz, tu boca o tu tamaño.
Mi paladar no entiende de vinos. Supongo que eso me hace mitad hombre, mitad niño.

martes, 5 de agosto de 2008

Manifiesto I

Dificilmente exista momento peor que aquel en el que hay que enfrentar la realidad de la soledad.
Dificilmente superable.
Remotas las posibilidades de creer en un vacio con sentido. La soledad es soledad. Nada mas. No hace falta explicar.
Sin utilidad, sin sentido, sin forma.
Cuadrado sobre cuadrado que cubre pixel sobre pixel. Pasa el tiempo. No hay respuesta.
La locura no es soledad, es solo una búsqueda. Más fácil sera encontrar que buscar. Temor existe en el encuentro. Temor en el descubrimiento. Cobardia en el enfrentamiento.
Anhelar la soledad no es sino un destino de valor. Valor de admitir lo mediocre de un ser.
Valor para fracasar.