Beber la amarga miel de la decidia despues de fracasar en tu ser.
Sinceramiento sin sentido en la roja vanidad del ser que crece comiendo la amargura de tu ruta, sentado en tu profana terquedad.
Nunca ha de salir herida por otra corona que no ciegue sus latidos sordos.
Perfecto.
Demente.
Hermoso.
Sereno.
Llegar a blancos montes jamas podre, para no asaltar en vano la casa de tu secreto.
Tulipan que muere marchito entre el placer y la arrogancia.