miércoles, 13 de agosto de 2008

Solo crecer

Podés tener un pulóver de pelos en el pecho, jugar al billar, vivir en un monoambiente o bajo un puente; podés cumplir 40 años, ganar una fortuna en el poker, fumar cigarros cubanos, dejarte crecer la barba y tomar un buen Scotch; podés ir al gimnasio cuatro veces por semana, ser un astro del winning eleven, comprarte un Fiat Uno y dejarlo bien bajito y con las mejores llantas. Pero te hacés hombre de verdad cuando entendés dos cosas: el sabor de un buen vino tinto con la cena y que las mujeres nos quieren coger tanto como nosotros a ellas. O quieren coger a otros, pero es igual, hablo del deseo natural más allá de lo individual; de la necesidad por sobre tu nariz, tu boca o tu tamaño.
Mi paladar no entiende de vinos. Supongo que eso me hace mitad hombre, mitad niño.

2 comentarios:

alcuerpopibe dijo...

bello, bello. debo confesar que tamapoco lo entiendo bien, jajaja.

Diego dijo...

amen